Por: Ariel Martínez
El arte, a lo largo de la historia, ha
sido relevante en momentos de tensión, y la situación actual parece un buen
punto de partida para nuevas creaciones. Si bien, la priorización de la salud
física y la cercanía a la muerte o a la enfermedad trae consigo complicaciones
a la salud mental, es importante destacar que la reflexión artística al
respecto funciona como una especie de calmante que figura como alimento del
espíritu.
En el arte se ven reflejadas
las preocupaciones e inquietudes tanto de una generación, como las que incumben
al mundo personal e íntimo; gracias a él
es posible la comprensión del ser, que se ve o crea a sí mismo. Tanto el que
crea como el que consume arte están en constante diálogo y es por eso que ocurre
la transmisión de ideas, pensamientos o hechos a partir de obras que toman el
título de “arte”. En época de pandemia esta disciplina ha cobrado cierta
relevancia, aunque es verdad que no más que la científica, puesto que no nos
salvará del coronavirus, pero sí de sus posibles represalias a nivel mental o
espiritual. El teatro ,
igual que el musical o la hostelería, se ha visto fuertemente afectado por la
crisis sanitaria. No solo han sufrido los actores, bailarines y músicos,
también técnicos de iluminación o sonido y centenares de empleados de salas
teatrales. Es necesario que la sociedad tome conciencia de la importancia de
que este sector siga generando trabajo, porque los trabajadores no se pueden
quedar en la calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sea prudente!